Te miro sin que te des cuentas. Puedo memorizar tus ojos, tus labios, la forma de tu cara. Y tú mientras escuchas tu música. Y nosotros mientras estamos rodeados de multitud de personas que no conocemos. Aunque yo a ti tampoco te conozco. Y tú a mi tampoco.
Y entonces te das cuenta de que te estoy mirando y me resulta demasiado embarazoso y aparto rápidamente la vista. Pero no puedo resistirme y vuelvo a mirarte. Y en ese momento tú también estás mirando… Y nuestras miradas se cruzan, y noto un calor que me recorre todo el cuerpo. Y luego… Luego, nada más. Cada uno mira hacia un lado, te bajas en tu parada y yo me bajo en la mía.
Y después, ya no vuelvo a pensar en ti.
jueves, 26 de febrero de 2009
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